Cuando empecé a jugar a videojuegos, lo hacía para evadirme: escapar de las presiones de la escuela y la sociedad y desaparecer en otro mundo en el que podía encarnar a un personaje distinto de mí mismo.

A medida que he crecido y me he sentido más seguro de mí mismo y de mi identidad como hombre queer, el juego ya no es una vía de escape, sino de conexión. Es la forma que tengo de mantenerme en contacto con mis amigos del otro lado del mundo, o incluso del mismo camino. Y no soy el único. Dados los retos a los que se enfrentan las personas LGBTQ+ en la vida diaria, los juegos nos ofrecen un lugar donde ser quienes somos y construir una comunidad que nos permita expresarnos en un espacio seguro. 

En esos espacios, nuestros avatares digitales son la forma en que nos representamos a nosotros mismos, y en los últimos años los juegos de simulación y rol en particular han ampliado su gama de personajes LGBTQ+. Según una reciente encuesta de Nielsen Games, los jugadores LGBTQ+ tienen un 29% más de probabilidades de jugar a juegos de rol y un 54% más de probabilidades de jugar a juegos de simulación que la población general.

Aunque el último informe internacional de Nielsen sobre el colectivo LGBTQ+ revela que la percepción de la inclusión del colectivo LGBTQ+ en los medios de comunicación está mejorando, esa inclusión se inclina principalmente hacia gays y lesbianas. El mundo del videojuego está rompiendo esa tendencia, con nuevos títulos populares como Overwatch 2 y Spirit Swap que exploran otras identidades queer.

Pero las plataformas de juego no son la única forma de conectar con los jugadores LGBTQ+. Más del 40% de los jugadores LGBTQ+ ven tráilers de videojuegos y el 80% están en YouTube, lo que da a los editores de juegos la oportunidad de anunciarse o unirse a la conversación durante las retransmisiones en directo para establecer una conexión más profunda con la comunidad.

Este avance en la representación de las personas LGBTQ+ en los juegos es obra de muchas personas y aliados de la comunidad de jugadores, pero también de grupos como GLAAD, que han impulsado un cambio positivo en todas las plataformas de medios de comunicación. Las redes sociales son una de las plataformas más inclusivas para las personas LGBTQ+ y los jugadores LGBTQ+ sintonizan canales sociales como Twitter, Discord y TikTok más que la población general.

Hace poco conocí en Twitter a Qweerty Gamers, una organización sin ánimo de lucro dedicada a aumentar la representación LGBTQ+ en la comunidad de jugadores. Con la crisis de salud mental que afecta a tantos jóvenes, especialmente en la comunidad queer, el grupo ha estado utilizando su influencia para sensibilizar y apoyar a los jóvenes que están luchando. Es una forma poderosa de que los jugadores LGBTQ+ ayuden a las personas en crisis, ofreciéndoles un espacio seguro de conexión y apoyo.

Los universos virtuales de los videojuegos brindan a las personas LGBTQ+ la oportunidad de expresar su identidad, y los avatares y complementos de juego ayudan a que nuestro yo digital refleje nuestra singularidad en la vida real. Los jugadores LGBTQ+ gastan un 65% más que la población general -unos 28 dólares al mes- en accesorios de videojuegos personalizados, otra forma de expresar la identidad a través de fichas compartidas que te conectan con otros miembros de la comunidad. Para los jugadores LGBTQ+, jugar no consiste sólo en ganar y perder, sino en ser todo lo que uno puede ser.