No es ningún secreto que, cuando se trata de política, las pasiones están a flor de piel, tanto entre los candidatos como entre los posibles electores. Y el ciclo electoral de este año hasta ahora ha sido especialmente acalorado, con el ardor avivado y la intriga política en lo que parecen máximos históricos.
Con la temporada de debates en pleno apogeo, un análisis de Nielsen ha analizado cómo llegan a los telespectadores estos eventos de las primarias en horario de máxima audiencia y si los espectadores ya han trazado la línea divisoria entre la afiliación a un partido en lo que respecta a ver los debates.
El análisis se centró en los telespectadores que pueden ser devotos del debate de un partido -sintonizando exclusivamente el discurso republicano o el demócrata-, así como en los telespectadores que sintonizaron ambos debates.
En total, los 12 primeros debates -seis en cada caso, tanto republicanos como demócratas- llegaron a 97 millones de estadounidenses, de los que aproximadamente el mismo número vio los debates demócratas (68 millones) que los republicanos (67 millones).
Según el análisis, unos 30,2 millones de telespectadores vieron sólo los debates demócratas, mientras que unos 29,2 millones sólo vieron los debates republicanos. Además, 37,8 millones de telespectadores vieron ambos debates.
Aunque los debates demócratas tuvieron un número ligeramente superior de telespectadores, el público dedicó más tiempo a ver los debates republicanos. Los 97 millones de espectadores de los debates dedicaron una media de 138 minutos a los republicanos y 63 minutos a los demócratas.
Los 68 millones de telespectadores que vieron los debates demócratas dedicaron algo más de tiempo a verlos (una media de 90 minutos), pero también dedicaron más tiempo (141 minutos) a ver los debates republicanos. Del mismo modo, los 67 millones de telespectadores de los debates republicanos estuvieron una media de 200 minutos, y dedicaron menos tiempo (70 minutos) a los debates demócratas.
Pero, lo que es más importante, los telespectadores que vieron los debates de ambos partidos dedicaron más tiempo a verlos que los que sólo vieron los debates de un partido. Los telespectadores que sólo vieron los debates demócratas estuvieron una media de 48 minutos, frente a los 124 minutos de media de los que vieron los debates de ambos partidos. Los telespectadores que sólo vieron los debates republicanos estuvieron 131 minutos de media, frente a los 254 minutos de media de los que vieron ambos.
El grupo que vio ambos debates, 37,8 millones de espectadores, representó el 39% del total de espectadores de los debates, pero hizo el 73% de todos los visionados, lo que quizá significa que el espectador más comprometido encuentra tiempo para equilibrar ambos lados de la pontificación política.
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