Es fácil pintar al consumidor estadounidense de medios de comunicación con una brocha gorda. Sabemos que disfrutan de horas de contenido de vídeo cada día, pero al mismo tiempo se están filtrando más opciones de entretenimiento por arriba, por abajo y por ambos lados: el 16 % de los hogares estadounidenses tiene ahora un televisor inteligente, el 38 % tiene acceso a Netflix, el 51 % tiene una tableta y el 78 % posee un teléfono inteligente.
Sin embargo, cuando se profundiza en el tema, resulta evidente que no todos los mercados son iguales. Las tendencias globales de penetración de la tecnología y fragmentación del espectador no afectan a todos los mercados de manera uniforme. En otras palabras, piensa globalmente pero actúa localmente.
Cómo observamos
Pittsburgh, con más de cinco horas diarias de televisión en directo, es la ciudad más vista. Cleveland y Atlanta lideran el visionado en diferido, con una hora diaria. Baltimore y Minneapolis son las ciudades que más tiempo dedican al streaming over-the-top, con 14 minutos al día (de media).
Por otra parte, la penetración del vídeo por suscripción -on-demand sigue aumentando. Ya hay cinco mercados en los que más de la mitad de los hogares tienen acceso a Netflix, Amazon Prime o Hulu Plus. Muchos de estos mismos mercados lideran también el uso del vídeo móvil.