Con la reapertura de lo que parece ser un entorno recesivo a largo plazo en muchos países, las empresas buscan naturalmente hacer comparaciones con épocas pasadas de desafíos económicos. Pero las lecciones del pasado pueden no ser perfectas para el presente.

En un artículo reciente, Scott McKenzie, Global Intelligence Leader de Nielsen, afirmaba: "...hacer comparaciones paralelas entre lo que ocurrió hace poco más de una década y las circunstancias actuales sería demasiado simplista. Tratémoslo como una línea de base útil y sepamos que los ajustes a las demandas de los consumidores en esta ocasión deben hacerse con mucha más rapidez y fervor de lo que nunca hemos considerado."

Los retos a los que se enfrenta la población durante la actual emergencia sanitaria son, por supuesto, desconocidos y requieren nuevos protocolos y soluciones para afrontarlos. En algunas zonas, los avances ya estaban en marcha antes de la llegada del virus, lo que permitió una transición al estilo de vida de quedarse en casa más suave de lo que algunos podrían haber esperado.

En los países digitalmente avanzados, como China, ya existían sistemas de entrega sin contacto, de compras con realidad aumentada y de pagos por móvil. Y desde el punto de vista de las comunicaciones y el entretenimiento, la gente utilizó la tecnología para encontrar aún más formas de conectarse, mantenerse informada, compadecerse y entretenerse. 

Dimensionar los cambios más macroeconómicos que se han producido este año es importante a medida que las empresas recalibran los cambios en la demanda de los consumidores. He aquí algunos de los cambios que se han producido en Estados Unidos desde la última recesión.