El nuevo coronavirus (COVID-19) ha obligado a los consumidores estadounidenses a realizar cambios inmediatos y profundos en su estilo de vida. De hecho, es poco probable que la vida de los consumidores vuelva a la normalidad en un futuro próximo.

Y como los consumidores han adaptado sus medios de comunicación y hábitos de compra para gestionar sus vidas durante la pandemia, es probable que esos cambios se integren como parte de la nueva normalidad que surgirá a medida que el país se recupere.

Los anunciantes han sufrido un latigazo similar, ya que gran parte de laeconomía se ha detenido. Ante la incertidumbre sobre el futuro, muchas empresas intentan congelar todas sus actividades, desde la contratación hasta la comercialización. Pero la paralización y la reducción de la actividad no pueden durar mucho tiempo sin que se produzcan efectos dramáticos. La adaptación será la clave de la supervivencia, y los profesionales del marketing que puedan empezar a evolucionar estratégicamente su enfoque de los cambios en el comportamiento de los consumidores estarán muy por delante cuando los consumidores encuentren el equilibrio tras la pandemia.