Para navegar por el estado actual y futuro de la disrupción, las marcas deben cambiar su mentalidad

En los últimos más de 18 meses de incertidumbre, los estilos de vida de los consumidores han cambiado drásticamente: desde dónde trabajamos y cómo escolarizan a sus hijos hasta dónde compramos y cuánto tiempo pasamos con amigos y familiares. Con estos cambios en el estilo de vida, también han cambiado los hábitos en torno al consumo de medios y los intereses, lo que ha obligado a modificar los modelos publicitarios y a adaptar las marcas para llegar con eficacia a los consumidores. 

En 2020, la paradoja del aumento del consumo de medios de comunicación en un contexto de disminución de los presupuestos de marketing orientó las decisiones sobre cómo las marcas asignaban su dinero para publicidad. Con ello, la capacidad de una marca para crear conexiones genuinas entre ella y los consumidores se hizo cada vez más importante. Hoy en día, la disrupción es la nueva normalidad, y los profesionales del marketing deben seguir navegando por ella al tiempo que planifican un futuro poco claro. 

Para prosperar, es fundamental pasar de una mentalidad fija a otra de crecimiento. Al centrar los esfuerzos de planificación en las personas, hacer evolucionar las estrategias y las tácticas con una planificación continua y aumentar la eficiencia mediante una planificación conectada, las marcas pueden sortear con eficacia los continuos trastornos. Este artículo analiza la importancia de tratar la planificación de medios como un ejercicio continuo en lugar de como algo que se hace anualmente, y cómo las marcas pueden ser más sabias a través de la experimentación y la experiencia.