Con los Panthers y los Broncos a punto de enfrentarse el 7 de febrero, la emoción por la Super Bowl 50 va en aumento. El año pasado fue el acontecimiento deportivo televisado más visto en la historia de Estados Unidos, con más de 114 millones de telespectadores que sintonizaron una noche de fútbol americano y, para más de la mitad de nosotros, divertidos anuncios.

Pero lo más probable es que la mayoría de los estadounidenses vean el partido con amigos y familiares. La fiesta de la Super Bowl se caracteriza por la cerveza, las alitas y la emoción. Y estas fiestas, ya sean en bares, restaurantes o casas de amigos, contribuyen a generar grandes audiencias de televisión deportiva fuera del hogar (OOH). De hecho, el visionado OOH contribuye a elevar sustancialmente la audiencia deportiva durante todo el año.

Según el informe Year In Sports Media Report 2015 de Nielsen, la temporada 2015 de la NFL en FOX experimentó un aumento del 19% en el número de telespectadores mayores de 6 años gracias a la sintonización OOH. Estos aumentos fueron más pronunciados al principio y al final de la temporada, cuando la expectación por la nueva temporada y la clasificación final alcanzan máximos históricos. Y para los aficionados al deporte, nada supera la emoción del domingo de la Super Bowl.

Cuando se trata de la fiesta de la Super Bowl en casa, la contribución de los amigos, vecinos y parientes que nos visitan es sustancial y se mantiene relativamente constante. En los últimos cinco años, la audiencia de la Super Bowl procedente de consumidores que no viven en el hogar principal (sus invitados o visitantes de corta duración) ha contribuido en un 10% a la audiencia total, lo que equivale a unos 11 millones de espectadores durante cada partido entre los campeones de la NFC y la AFC.